jueves, 16 de julio de 2015

Ladridos y vocalizaciones - Adiestrador canino en Valladolid-

LADRIDOS Y VOCALIZACIONES

 

Los ladridos y vocalizaciones tienen 3 características, y cada una de ellas se clasifica de la siguiente manera.


1- Tono:
  • Roncos o bajos.
  • Normales o medios.
  • Aguados o alto. 
2- Intensidad:
  • Alta.
  • Media.
  • Baja.
3- Timbre:
  • Secos.
  • Prolongados.
  • Aullidos.

Así por ejemplo, un ladrido puede ser ronco, alto y seco que en este caso podría interpretarse como la decisión de pelear o defenderse.

Los aullidos, gemidos y gruñidos pueden ser encuadrados entre los ladridos ya que pertenecen al mismo grupo de comunicación fónica de tal forma que, un gruñido ronco, profundo y mantenido, puede ser el aviso de una posible defensa, sobretodo si va acompañado del descubrimiento de colmillos y/o el erizamiento del lomo.
Los gemidos suelen ser utilizados con una función social y como expresiones de dolor o alegría. Son las expresiones menos evolucionadas dentro de las vocalizaciones. Así, unos gemidos acompañados de movimientos horizontales de rabo, indican siempre alegría o ganas de jugar.
Respecto a los aullidos son respuestas a sonidos de alta intensidad y frecuencia media (como las sirenas de las ambulancias).

Algunos ejemplos de lo que estamos hablando sería:
  • ¡Aquí pasa algo!: Ladridos de tono medio, encadenados y secos. Lo suelen utilizar nuestros perros cuando advierten peligro no inminente pero real. Puede ser el aviso a una invasión del territorio.
  •  ¡Dame agua!: Un único ladrido agudo de intensidad alta y seco. Se acompaña de una mirada previa a la cara del líder y una segunda en la dirección del objeto o recurso que el animal desea. El rabo no descansa mientras se produce esta comunicación.
  • ¡Vamos a jugar!: Es el mismo ladrido que el anterior pero encadenado. El perro suele agachar el tren delantero y levantar el trasero. La mirada se fija en el individuo al que llama.
  • ¡Se acabó, me voy a relajar!: Gruñido tirando a ronquido de baja intensidad y largo. El perro parece desplomarse en el suelo.
  • ¡Estoy aburrido!: Encadenamientos de 4 o 5 ladridos de tono medio con pausas de 3 ó 4 segundos de intervalo, secos y de intensidad baja. suelen ser utilizados para llamar a otro congénere que esté lejos. Se producen más entre espécimenes subordinados.
  • ¡Esto no me gusta!: Gemido suave, prolongado de baja intensidad y que suena como "Piii...Piii". Es una autentica comunicación de protesta cuando se le ordena hacer algo que no quiere hacer por ejemplo.
  • ¡Estoy estresado!: Jadeo continuo que puede esta acompañado del "Piii...Piii". Siempre va unido a una expresión facial: el estiramiento hacia atrás de los labios (parece como si trataran de reírse). Cuando el jadeo es más relajado, se acaba el "Piii", los labios vuelven hacia delante y se sacude ya podemos decir que el perro está liberado de estrés.
  • ¡Me duele, me rindo!: Chillidos que suenan como "Yaiii...Yaiii...Yaiii". Con ellos suelen terminarse las peleas (Por avandono del vencido)
  • ¡Déjame en paz!: Gruñido de tono normal, de baja intensidad y prolongado. La mirada al receptor se hace de reojo y suele ir acompañada de una incipiente muestra de colmillos. Es el aviso de un dominante hacia un subordinado o cachorro molesto.
  • ¡Ven aquí, cachorro!: Ladrido en tono alto, intensidad alta y seco. Se lanza aislado, es decir, uno solo y mirando en la dirección del receptor.
  • ¡Estoy asustado pero soy capaz de atacarte!: Gruñido que se mantiene hasta que se convierte en un ladrido de defensa.
  • ¡No estoy bien en este territorio!...¡Me quiero ir con los mios!: Comienza con un ladrido de aburrimiento, hasta convertirse en un aullido suave y prolongado. Es muy normal en razas nórdicas e incluso en los pastores belgas. Se atribuye a la falta de neotenia. En el lobo el aullido es empleado para comunicarse a grandes distancias y convocar una reunión de la manada.
  • ¡Invasión real del territorio!: Ladrido de defensa, encadenado y con la cabeza vuelta hacia el peligro. Suele ir acompañado de erizamiento del lomo y orejas rectas.
Estas son, en general las vocalizaciones más frecuentes, aunque existirán variaciones individuales según el perro de que se trate. Si a ellas unimos las expresiones corporales y las faciales podemos ver la cantidad de combinaciones que hay que descifrar en el diccionario perruno.

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